La formación se perfila como la base imprescindible para el desarrollo de las capacidades del profesional. El entorno laboral actual
exige una permanente puesta al día de conocimientos para competir desde una buena posición. Tanto los idiomas como el conoci
miento y uso de herramientas informáticas y la competencia en habilidades socio-comunicativas van ligados al perfil del Profesional
del siglo xxi.
2. Saber aplicar los conocimientos y capacidades.
El mejor profesional no es el que acumula un vasto historial académico, sino el que sabe dar la mejor respuesta a las propias demandas que conlleva el ejercicio de su profesión. La preferencia
por una «cabeza bien amueblada» mejor que una «mente repleta»
es la nueva regla de juego.
3. Flexibilidad v adaptación al cambio.
Ser capaz de adaptarse a un entorno y unas estructuras organizativas en constante cambio es uno de los aspectos que más valoran
las empresas en la actualidad. Los candidatos más buscados por
ellas son aquellos con amplia disponibilidad para adaptarse fácilmente a la realización de nuevas tareas y responsabilidades, realizar viajes frecuentes, y trabajar en las oficinas de la compañía ubi-
cadas en otras localidades, e incluso países.
4. Trabajo en equipo.
Las organizaciones hoy en día potencian esencialmente la creación
de equipos de trabajo multidisciplinares. Han observado que la coordinación de actividades y la resolución de problemas en equipo
es altamente ágil y eficaz, de ahí la necesidad de poder contar con
personas dispuestas a integrarse en este tipo de estructuras orga
nizativas.
5. Relaciones interpersonales y comunicación.
Uno de los aspectos que más destaca y más se valoran de un buen
profesional es su habilidad para la comunicación y su forma de interactuar en un entorno de negocios con sus propios compañeros
y sus superiores, sus clientes y proveedores; saber dirigirse a
audiencias de diverso tipo; saber negociar; o saber conversar de
forma activa y fluida en reuniones de trabajo, entre otros.
6. Innovación y creatividad.
El pensamiento creativo e innovador son dos motores claros de
avance dentro de cualquier compañía. Los empresarios saben que
contar con personas capaces de desarrollar estas habilidades para
la resolución de problemas, gestación de nuevas ideas y puesta en
marcha de proyectos ambiciosos, son la mejor garantía de competitividad para cualquier negocio.
7. Capacidad de gestión v autoqestión.
La responsabilidad para asumir nuevos retos y la autonomía en
el desempeño de las funciones encomendadas dentro de una
organización suponen grandes bazas para cualquier candidato
a un puesto de trabajo. Las empresas buscan profesionales resolutivos, eficaces, que se impliquen en la toma de decisiones,
y que sean tan productivos trabajando solos como en el seno de
un equipo.
8. Motivación, iniciativa e involucración.
Estas tres características definen un profesional con una actitud favorable y muy activa dentro de la empresa, con gran interés por la
cultura de la organización, con un gran potencial para resolver pro-
blemas y situaciones difíciles, lo que le convierten en un recurso
esencial para el éxito de la empresa.
9. Dotes de mando y liderazqo.
El liderazgo se ha convertido últimamente en una de las
palabras de uso cotidiano en el entorno del management y muy
especialmente ligada a la dirección estratégica de la empresa.
Las personas dotadas de esta aptitud son muy valoradas por
su alto grado de influencia, compromiso, motivación, iniciativa
y optimismo, así como por su intuición para la política empresarial.
10. Autoestima y seguridad en sí mismo.
La seguridad en uno mismo se convierte en la mayoría de las
ocasiones en la mejor tarjeta de presentación de un buen profesional. Esta capacidad, que se ejercita desde que se acude a
la primera entrevista de trabajo, es uno de los aspectos más valorados y que más contribuyen a desarrollar una sólida carrera
profesional.